IDENTIDAD SOLIDARIA

OSFATLyF, la OBRA SOCIAL DE LA FEDERACIÓN ARGENTINA DE TRABAJADORES DE LUZ Y FUERZA, es una institución de servicios de salud orientada a cuidar, prevenir y promover el bienestar y satisfacer las necesidades sanitarias y asistenciales de nuestros trabajadores.

Esta misión está basada en principios y valores solidarios que privilegian la equidad y la justicia social en los aportes, las prestaciones y la amplitud de nuestra cobertura médico asistencial, que se extiende desde Jujuy a Tierra del Fuego; en cualquier lugar del país donde se encuentre un afiliado de Luz y Fuerza está OSFATLyF brindándole todos sus servicios, que se distinguen por la alta calidad humana y profesional de sus equipos de salud.

Esta identidad solidaria es el lazo que une la OSFATLyF y LUZ Y FUERZA en un valor común que se fue gestando en la lucha obrero sindical por proteger y asegurar los derechos de los trabajadores.

El único recurso genuino del sistema solidario de las obras sociales es el aporte de los afiliados, cuya gestión se diferencia de las empresas de salud en la búsqueda de un principio superior tendiente a garantizar el derecho inalienable a la salud, y no la maximización de ganancias, lo que explica el enorme desafío que supone para nuestra Obra Social compensar el desequilibrio entre los montos salariales y los costos médicos globales, tanto en diagnósticos como en tratamientos.

Esa identidad solidaria, emblema de OSFATLyF desde su creación, es la responsable de darle valor ético y convicción ideológica a más de cincuenta años de trabajo, construyendo día a día una Obra Social sustentada en un modelo sindical y asistencial cohesionado que atiende y reacciona ante las más urgentes necesidades de sus miembros, brindando en cada rincón del país una cobertura integral y de excelencia a todos los trabajadores que la necesiten.

Nuestra concepción de solidaridad, alejada de la caridad y el asistencialismo, ha sido edificada a partir de la lealtad y el compromiso intergeneracional de todos los trabajadores, convirtiéndose en una fortaleza que nos permite enfrentar todas las crisis, superar todos los problemas y sobre todo, adaptarnos y ser vanguardia en la implementación de las transformaciones científicas y tecnológicas en el campo de la ciencia, sumando prestaciones de alta complejidad a quienes conforman nuestra razón de ser: todos los trabajadores de Luz y Fuerza.

La tarea de los higienistas no rendirá sus frutos si previamente no se consolidan las leyes obreras destinadas a dignificar las tareas en las fábricas y oficinas, a mejorar los sueldos y salarios, a ampliar los beneficios de las jubilaciones y pensiones que amparan a la familia, si no se protege y subsidia a la maternidad, se planifica la vivienda higiénica al alcance de todos y se organiza la economía nacional con sentido biológico.
Ramón Carrillo

HISTORIA

El contexto histórico, político e institucional en el cual nació nuestra OSFATLYF no es otro que el surgimiento del Sindicalismo Múltiple de Luz y Fuerza, un modelo humanista y cristiano desarrollado durante las dos presidencias de Juan D. Perón (1946/1955), cuyas políticas en seguridad social dieron vida a una estructura gremial capaz de garantizar los derechos sociales, laborales, previsionales y asistenciales que amparan a nuestra familia trabajadora.

Hasta mediados de la década del ‘40, los trabajadores argentinos carecían de una auténtica representación y eran poco menos que parias en su propia Patria. Esta realidad comenzó a transformarse con la llegada del Coronel Perón a la Secretaría de Trabajo y Previsión, suponiendo un extraordinario avance en materia laboral y social, la que fue coronada durante su Presidencia con el nombramiento del Dr. Ramón Carrillo como primer Ministro de Salud Pública de la Nación.

Paralelamente, durante toda la década del ’40 se organizan la mayoría de los Sindicatos Eléctricos del país, los que un histórico 13 de julio de 1948 decidieron unirse para conformar la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza, cuya principal tarea ha sido trabajar por un sistema social de salud que cubra el vacío y el abandono del Estado después del violento golpe de estado de 1955.

En este contexto antipopular, se constituye en 1958 una Comisión Mixta dirigida a prestar los primeros servicios médico-asistenciales, que a partir de 1964 quedan bajo exclusiva responsabilidad de nuestra Federación, sentando las bases de la estructura humanista y solidaria de la OSFATLyF, que constituye el valioso legado que recogen las Obras Sociales Sindicales después del derrocamiento de Perón, cuando se desmantela la infraestructura hospitalaria del sector público y la salud de los trabajadores se ve amenazada ante los inalcanzables costos de la medicina privada.

Frente a este complejo escenario, los dirigentes de nuestra Federación, decidieron asumir la enorme responsabilidad de velar por la salud y el bienestar integral de sus afiliados, ampliando y mejorando los servicios médico-asistenciales, tarea que sólo se vería interrumpida por las dictaduras militares y la ineficiente gestión de distintos interventores que no supieron atender las verdaderas necesidades de nuestros afiliados.
En 1986 se recuperan la vigencia de nuestro Convenio Colectivo de Trabajo, implementándose ese mismo año el Plan Materno Infantil, que desde entonces asegura la atención integral y gratuita para la madre y el niño. Ya en la década del ’90, con la desregulación del Sistema Solidario de Salud orientada por criterios mercantilistas y deshumanizados, se rompe el Principio Solidario pues las prepagas absorbieron a los sectores de altos ingresos, las Obras Sociales padecieron el achicamiento de sus recursos genuinos, y gran parte de la población quedó virtualmente desprotegida ante las carencias y saturación del sistema de salud pública.

En la actualidad, podemos decir que nuestra OSFATLyF está sólidamente posicionada, con un presupuesto equilibrado en lo económico y superavitario en lo social. Gracias a ello, su menú prestacional abarca desde la educación para la salud y las campañas preventivas hasta la atención primaria, la rehabilitación, los trasplantes de órganos y demás prácticas de alta complejidad.

Asimismo, superando el enfoque economicista de un sistema diseñado para lucrar con la enfermedad, seguimos apostando a nuevas alternativas de política sanitaria que privilegian la prevención y el mejoramiento de la atención primaria de la salud. Porque si bien es necesario curar la enfermedad, es fundamental potenciar las herramientas de la Medicina Preventiva y la Educación para la Salud a través de Programas que permiten la detección y el tratamiento precoz cuando el proceso patológico todavía es reversible.

En este sentido, la creación de la Red Nacional de Donantes de Sangre y la Red Nacional de Donantes de Células Madres suponen nuevos desafíos que siguen afianzando nuestros históricos objetivos: generar conciencia, solidaridad social y responsabilidad personal y colectiva con todos los trabajadores de la patria.

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